martes, 12 de diciembre de 2006

Allá vamos, otra vez de Oren Ginzburg



“Allá vamos, otra vez” es una flecha lanzada en defensa de los pueblos indígenas.El “desarrollo” de los pueblos indígenas en contra de su voluntad - en el fondo, para que otros puedan apropiarse de sus tierras y recursos - hunde sus raíces en el colonialismo del siglo XIX (“nosotros sabemos qué es lo mejor”) y viste ahora, en el siglo XXI, el disfraz de lo "políticamente correcto”.Los pueblos indígenas no son atrasados: son sociedades vivas y autónomas que, al igual que todos nosotros, se adaptan constantemente a un mundo cambiante. La principal diferencia entre los pueblos indígenas y nosotros radica en que nosotros les arrebatamos sus tierras y recursos, y nos valemos del argumento engañoso, incluso racista, de que lo hacemos por su propio bien. Eso se llama conquista, no desarrollo.Nuestro objetivo inicial era el mismo que de costumbre: llevarles Desarrollo Sostenible.Sin embargo, encontramos con un desafío inesperado. Resultó que la vida de esta gente, a su peculiar modo y manera, ya era sostenible. Así que lo único que realmente podíamos llevarles era...Desarrollo.Empezamos por el Desarrollo Comunitario Participativo, pero ellos participaban más bien poco.Probamos con actividades generadoras de ingresos... pero algunos parecen contentarse con menos de un dólar al día. Tratamos incluso de darles poder... pero su reacción fue más poderosa de lo que esperábamos. Así que decidimos optar por un Enfoque Interdisciplinario Integrado por Múltiples Accionistas.Desarrollamos innovadoras Colaboraciones con el Sector Privado. Desarrollamos Competencias Profesionales adaptadas a una economía rotativa. Desarrollamos estrictas medidas de conservación, para evitar más daños al entorno. Y desarrollamos ambiciosas Redes de Protección Social: para quienes no eran capaces de cuidar de sí mismos.Este proceso nos ha supuesto un reto, en el que hemos aprendido muchas lecciones. ¡Bienvenidos a la Aldea Global!La destrucción de los pueblos indígenas en nombre del "desarrollo" – algo que ocurre siempre que los no indígenas codician sus tierras y recursos - sigue siendo el problema más grave al que éstos se enfrentan. El problema no se limita a los países pobres.En Canadá, los innu de Labrador y Québec han sido reasentados en comunidades sometidas al tipo de "desarrollo" Hoy son muy pocos los que cazan o pescan, con escolarización deficiente, dependencia absoluta de programas de asistencia social y pobreza porque han arruinado su modo de vida y destruido su autoestima. Algunas comunidades registran las tasas de suicidio más altas del mundo. No es casualidad que el territorio innu albergue algunos de los yacimientos de níquel más ricos del mundo.http://www.survival.es/

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