domingo, 25 de febrero de 2007

Catarsis y otras curas para el alma


Hace bastante que no dedico un espacio a mis cartas. Probablemente los cambios en el ritmo de mis usos y costumbres no han dejado lugar a mis catárticas reflexiones escritas. Aquí estoy de vuelta, tratando de no ser impasible, un poco más ambiciosa y menos conformista.

La otra mañana me levanté entusiasta y a pesar de las muchas agitaciones de la semana, aún quedaban en mí rezagos de optimismo y ganas de seguir… ¿hacia dónde? no lo sé, pero ganas de seguir.

Re, re, re…una tonada sin cadencia. Re-apareció y me echó el día a perder. Vi re-abrirse mis heridas y la única forma de re-sanarlas era re-abstraerme de su inverosímil y cínica realidad…de nuevo…olvido y des-memoria. ¿Por qué no me deja partir y continuar mi camino? ¿Por qué no se deja ir y se enfoca en el rumbo que fijó?


Sólo en su mente estrecha pueden coexistir inteligencia y la pasmosa intención de seguir apareciendo en mi escenario, si ya hemos descartado ese diálogo tiempo atrás. Volver a lo dicho una y otra vez. Palabras vacías, sin fundamento ni verdad, arrancadas a la fuerza de mi cabeza y de mi corazón, pero que se empeña en recordarme. ¿Acaso no ha notado que ya no hay lugares comunes a los cuales llegar, forzando un encuentro casual…?

De tanto pensar en tristezas propias y alegrías ajenas, mi alma estaba palideciendo hasta casi extinguirse y de sobra sé lo difícil que es darle color. Sé, además, que el permanecer entre las ruinas de lo vivido –como sea que se haya vivido- me conduce inevitablemente a cuestionarme si al ser imperfecta e incompleta puedo ser feliz.

Suficiente, no más asimetrías. También hay belleza en el dolor. Al verme llorar a solas, allí estaba quien me dio un gran abrazo y logró llenar de significado ese profundo vacío que pretendía abrirse bajo mis pies. Sus palabras me reconfortaron al recordarme que aquella vez, cuando dejé de pensar en satisfacer a otros y me concentré en mí misma, mi actitud hacia la vida cambió y ésta a su vez me recompensó con serenidad y equilibrio. Eres una cura para mi remendada alma.
Hay un modo de que me hagas completamente feliz, amor mío: muérete. Jaime Sabines

4 comentarios:

March dijo...

Mi muy apreciada compañera de vuelo: EL SUFRIMIENTO QUE DESARROLLA Y PERFECCIONA, ES EL QUE VALE LA PENA VIVIR!!! lo demás désechalo... Hay que ser de muy buen material como el oro puro, para dejarse moldear por el fuego ante las pruebas y dejarse formar para renacer de nuevo y re- re - re inventar tu historia... RECUERDA QUIEN ERES!, RECUERDA QUE TU VIDA TIENE UN PROPOSITO Y ESTAS AQUI PARA SER GRANDE Y UNA AMADA HIJA DE DIOS, RECUERDA QUE ESTAS PROTEGIDA Y ACOMPAÑADA SIEMPRE Y QUE ESTO, ESTO TAMBIEN PASARÁ Y MAS ADELANTE EN ESTE MISMO CAMINIO, TE ESTA ESPERANDO UN ARCO IRIS!!

Sofía dijo...

March, no me salen esta noche palabras del corazón...pareciera que ayer se hubieran desvanecido todas con mis lágrimas. Sin embargo, aquí están éstas, prestadas de alguien más...y, al igual que las tuyas me van muy bien.

"La vida no es más que esto: reír a veces, llorar, amar, descomponerse, guardar silencio de amanecer rezando, trabajar, desprenderse, no enfadarse.

Caer de rodillas sobre la propia estirpe. Aferrarse al rostro de un amor que cierra los ojos. Dejarse oler por no sé qué bálsamo salvaje como si yo fuera el único territorio de la vida.

El lugar que me habita, José de la Fuente"

Mencha dijo...

Todos tenemos esos momentos, que mas que momentos son estados...estados del alma y del corazon. Algunos los escondemos mejor que otros, otros simplemente los ignoramos aunque por dentro nos carcoman la esencia, otros nos deshacemos con la esperanza de regenerarnos como el ave fenix, algunos lo logran, otros no pero nunca pierden la esperanza de hacerlo. En todo caso lo importante es seguir adelante de la mejor manera posible, agrrandonos de lo que tenemos a la mano y si no tenemos nada, inventarnoslo o vivir de la ilusion.

Sofía dijo...

Cuánta razón Mencha...es una tentación para el alma pasearse una y otra vez por esos eternos estados del alma que añoramos volver a sentir. Lo importante, creo, es que al tratar de seguir adelante busquemos aquel asidero que en medio de los momentos más turbulentos, mejor nos pueda sostener.